El núcleo de la tierra se encuentra a 5000 grados de temperatura. Alrededor de este núcleo hay un manto viscoso. Sobre este flota una delgada capa de piedra: la litosfera.
Los geólogos denominan litosfera (litos del griego “piedra”) a la capa externa de la Tierra, que está compuesta por la corteza terrestre, la parte rígida del manto. La litosfera está dividida en piezas contiguas como cuando se arma un rompecabezas. Los continentes están incrustados en esa porción de manto litosférico y son parte de distintas placas de la litosfera.
La Tierra es dinámica, siempre cambia. El relieve de la superficie terrestre es modificado continuamente por la salida del magma. Este material caliente surge entre los bordes de las placas de la litosfera submarina, en las dorsales. Al ascender y agregarse, empuja la litosfera oceánica ya existente. Así, esta se pliega o se fractura dando lugar a terremotos, volcanes y cadenas montañosas. Las interacciones continuas entre placas que construyen y destruyen el fondo oceánico son las causas principales de las grandes formas del relieve de la superficie terrestre y de la distribución de los continentes en el planeta en las distintas épocas.
En esta lección aprenderemos sobre la teoría de la deriva de los continentes, luego llamada teoría tectónica de placas.
La idea de que los actuales continentes estuvieron reunidos en el pasado es antigua. Así lo hacían pensar algunas semejanzas geométricas, como la existente entre las costas atlánticas de Sudamérica y África. Ya en el siglo XIX, se llegó a describir el encaje de los continentes que marginan el Atlántico con el fin de explicar la presencia de fósiles idénticos en Europa y en Norteamérica. En la segunda década del siglo XX, en su obra El origen de los continentes y océanos, Alfred Wegener proporcionó numerosos datos con los cuales demostraba que los continentes habían estado formando parte de uno solo, que él denominó Pangea (del griego, pan, que significa “toda”, y gea, que significa “tierra”). Y al único océano que existía por aquel entonces lo llamó Panthalasa (del griego, thalassa: “mar”).
Alfred Wegener llamó a su teoría Deriva continental. Hoy sabemos que Pangea comenzó a disgregarse hace unos 200 millones de años.
La teoría de la Deriva continental de Wegener fue muy discutida porque, durante mucho tiempo, los geólogos no encontraron una explicación que los convenciera para identificar la fuerza capaz de fraccionar Pangea y de lograr que los continentes cambiaran de posición a lo largo de millones de años, y que siguieran cambiando. Los aportes al conocimiento del planeta que proporcionaron las nuevas tecnologías, surgidas mucho después de la muerte de Wegener (1930), llevaron finalmente a proponer una teoría más completa conocida como Tectónica de placas. Esta teoría, además de explicar los cambios de posición de los continentes, relaciona este fenómeno con la aparición de cordilleras, terremotos y volcanes, tanto en los continentes como en los fondos marinos.
El conocimiento del relieve del fondo oceánico sólo fue posible a partir de 1950, luego de la invención del sonar y del uso de los submarinos. Luego se sumó a la exploración de lecho submarino la tecnología satelital, y así se pudieron obtener imágenes y construir mapas que permiten una aproximación más detallada.
¿sabías que los continentes se mueven cada año 3 centímetros? Menos que la velocidad a la que crecen las uñas de las manos.